¿Por qué manejar un Mazda resulta tan divertido? Ahhh, déjanos contarte…

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Mazda es única entre todas las marcas porque desde las mesas de diseño de cada uno de sus modelos, se comienza SIEMPRE centrándose en el asiento del conductor. En lo que siente, lo que mira, lo que le queda a la mano y lo que no.

En que las sensaciones al volante sean únicas, placenteras, con una total seguridad y confianza en el auto.

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La mayoría de las marcas les dan estas instrucciones a sus ingenieros y diseñadores:

“Hagan un coche que nos deje la mayor ganancia posible”.

Y ya.

Mientras que en Hiroshima -aunque nos lo explican usando términos en japonés que poco entendemos- la meta es salir al aire libre, disfrutar del paisaje, gozar de los aromas, lograr que cada paseo o recorrido resulte una experiencia grata.

Ciertamente, en el resto del mundo hay una o dos marcas cuyos objetivos son similares: la satisfacción del cliente. Hay por ahí una marca de deportivos italianos que eso mismo pretende, aunque a veces se les olvida el detallito de la calidad. Y otra, la alemana más reconocida por su placer al conducir y calidad, si bien a veces se centran tanto en lo segundo que lo primero se les olvida.

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Con Mazda, en cambio, esa meta aparece desde el primer trazo con lápiz hasta al final de la línea de ensamble, la mano delicadamente enguantada que recorre la carrocería entera para detectar si todo está donde debe estar, como debe de estar y que sirva para generar -antes que nada- bienestar, placer, gusto y satisfacción.

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Hay otros factores, además. Al diseñar el puesto de conducción, por ejemplo, calibran cuidadosamente el ángulo del volante, las articulaciones de los brazos de la suspensión, la dureza y resiliencia de los resortes, la ausencia de ruidos, la ágil respuesta del motor.

Algo así como si cada uno de los que trabajan en Mazda estuviera diseñando, armando o preparando un auto que será para su propio uso personal.

Ese es su secreto. De ahí la sonrisa que siempre se les ve. Es de satisfacción, del gusto de haber pensado en el ser humano que viajará a bordo de alguno de sus autos, vaya al volante o como contento pasajero.

Ah, y claro, eso también explica por qué los conductores de cualquier Mazda llevan esa misma sonrisa cada vez que lo sacan a rodar.

@loremyk

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