Que las marcas chinas de autos lleguen al mercado, es válido. Ya demostrarán -cada una es diferente- si tienen valía o no.
Lo que no se vale, sin embargo, es que nos las presenten como si fueran de otras marcas y con otros orígenes, como la campaña del auto que usa la legendaria marca MG -más inglesa que la cerveza tibia- y peor aun, que nos traten de convencer que el sedán familiar con todo y sus cuatro puertas, está “inspirado en el MG GTB GT” de los años sesenta y solo dos puertas con escotilla atrás.
MG, fundada en la década de 1920 por William Morris, comercializaba sus coches fabricados en Oxford bajo la marca “Morris Garages” y se especializaba en pequeños y ágiles roadsters, no en sedanes familiares.
Luego se fusionó con otras marcas inglesas (varias en secuencia) con las que intercambió modelos y emblemas, pero seguían siendo genuinamente ingleses con todas las características (buenas y malas) que los distinguían.
Como sus pésimos sistemas eléctricos de marca Lucas. Hasta corría el chiste de ¿por qué los ingleses toman cerveza tibia? Porque sus refrigeradores son Lucas.
Tras su quiebra en 2005, la adquirió un gigante chino (SAIC, a su vez producto de otras fusiones locales) que actualmente vende sus propios productos con emblemas MG y nos recalcan su “legado inglés”.
Seguro ya hay por ahí nuevos propietarios que al salir a pasear casi ondean una “Union Jack” (la bandera británica) por la ventanilla …porque no se han asomado al marco de la puerta donde dice “Made in China”.