No todo es precio ni imagen. También hay que saber de qué lado masca la iguana y es el caso de esta marca es pertenecer a un experimentado grupo comercial importador. Los inversionistas que fundaron esta distribuidora tienen décadas de experiencia vendiendo coches, aunque no fabricándolos. Si le sumas lo que quedó claro con su gama inicial en nuestro país, derechito al blanco con sus dos SUV y un sedán, dibujados en Inglaterra (si bien fabricados en China) le clavaron directo a las categorías de mayor venta en México: sedanes subcompactos, B-SUV y C-SUV.
Dotaron a sus MG 5, ZS y HS con una buena dosis de equipamiento que apantallan a los neófitos, (“oh, mira se conecta directo a mi celular”) diseños llamativos y precios competitivos, una larga garantía de 7 años y sin descuidar abrir agencias hasta por debajo de la coladeras a un ritmo más rápido que cualquier otra marca. Y claro, si son ellos mismos, los vendedores. No le tienen que rendir cuentas a nadie. Si no se vende, cambian de marca y ya, igualito que sucede en Centro América y otros pequeños mercados donde las marcas no tienen ni siquiera presencia propia y los que la rifan son los importadores. Ese es el modelito que usaron.
Ahora ya sacan su RX8 como camioneta tope de gama y el GT para no dejar sin cubrir a los que insisten en comprar coches y no camionetas. O sea, la verdad, los vendedores saben vender y ya verán quien les fabrique, que ellos hagan lo suyo y nosotros lo nuestro, parecen pensar. Con eso, ya están entre las diez marcas más vendidas en el país aunque, es cierto, las novedades siempre jalan mucho al principio y ya luego se desvanecen.