Aparece el “Pura Sangre”, primer Ferrari con cuatro puertas y tipo camioneta. Pero se cuidan de no decirle “SUV”. Si prefieres, puedes escuchar el podcast mientras manejas.
Les tomó tres cuartos de siglo reconocer la realidad, pero Ferrari finalmente presentó su primer auto con cuatro puertas. Denominado Purosangue (“pura sangre”, como en los equinos, naturalmente), el nuevo modelo se une a una línea que incluye todo, desde el elegante Roma y el moderno 296 hasta el indómito SF90 y el lujoso 812. Pero hasta ahora, todos de dos puertas.
Aunque era cuestión de tiempo, tan difícil como ver salir al viejo Enzo y caminar del cementerio de San Cataldo a la sala de juntas de Ferrari para cambiar de opinión.
Observemos más de cerca al nuevo contendiente de Maranello. Durante una sesión a la prensa -a coche parado, “nomás miren, pregunten y usen nuestras fotos”- donde hasta confiscaron los celulares, concedieron una mirada asombrosa a uno de los lanzamientos más esperados del año.
Ferrari le mete distancia a que el nuevo modelo es, de hecho, un vehículo utilitario deportivo. “No lo llamamos SUV”, insiste el presidente ejecutivo de Ferrari, Benedetto Vigna. “Ni siquiera estamos hablando de SUV”. “Ah, bueno”, respondimos todos al unísono, aunque queríamos decir “Sí, Chucha”.
La configuración del Purosangue ciertamente justifica que este Ferrari sea más un auto deportivo inflado a quedar de cuatro puertas que una camioneta deportiva. Para empezar, solo se puede tener con dos asientos traseros individuales, no con un banco familiar o, Dios no lo quiera, con una tercera fila.
En segundo lugar, se han hecho suficientes sacrificios de empaque en interés de la deportividad para sugerir que la gente de Módena realmente no está interesada en complacer a la multitud. Para empezar, el volumen de 500 litros de la cajuela parece más una ocurrencia tardía que para darle una silueta tipo coupé que favorece la aerodinámica.
Si bien Ferrari no acostumbra revelar las cifras del coeficiente de resistencia aerodinámica de sus autos, tanto Flavio Manzoni (el jefe de diseño de la marca) como Gianmaria Fulgenzi (el jefe de desarrollo) describen un “baile delicado” entre sus respectivos departamentos para hacer su trabajo manteniendo una aerodinámica resbalosa.
Ferrari hizo todo lo posible a favor de un diseño equilibrado. Como tal, el gran V12 está apretado contra el cortafuegos y la caja de cambios de doble embrague de 8 velocidades es propiamente un transeje trasero, lo que ayuda a lograr un equilibrio de peso de 49/51 de adelante hacia atrás. Un techo de fibra de carbono estándar asegura que el centro de gravedad sea lo más bajo posible.
Curiosamente, Ferrari asignó una configuración novedosa de la puerta trasera con bisagras hacia atrás (como en el Lincoln Continental). Se abren con un giro de 80 grados, lo cual es importante para facilitar la entrada y salida, especialmente porque los asientos traseros no son de lo más espacioso. Aunque caben dos adultos ahí, no tendrán el espacio de una camioneta actual.
El motor es un V12 de 6.5 litros de aspiración natural que presume el rendimiento más alto de cualquier Ferrari GT en la historia: 715 caballos de fuerza y 528 libras-pie de torque. Produce el 80 % del torque a solo 2100 rpm, la potencia máxima a 7750 rpm y una velocidad de rotación máxima de 8250 rpm, lo que debería brindarle una banda de potencia bastante emocionante. Ojalá podamos reportar sobre su desempeño un día de estos, quizá en manos de nuestro corresponsal allá (y diseñador emérito de centros de diseño italianos, ahora con Pininfarina) Carlitos Sanchez.