No solamente ayudas a evitar que los demás tengan que hacer maniobras innecesarias y riesgosas para rebasarte, sino que TÚ MISMO tendrás una mejor visibilidad en las curvas a la izquierda, al alejarte del divisor central, pues el trazo que ahora te queda a la vista, se extiende al doble o más.
Y estamos hablando de ¡que tú eres el COCHE ROJO, no te hagas el loco!