(El día que su rango deje de tener importancia)
Laboratorio
¿Y SI LA SOLUCIÓN ES AL REVÉS?
¿Qué pasaría si los autos eléctricos costaran considerablemente menos que ahorita, se recargaran en el mismo tiempo que le toma llenar un tanque de gasolina y utilizaran muchas menos de las materias escasas que actualmente limitan su producción?
Ese es un futuro en el que algunos expertos en vehículos eléctricos (VEs) dicen que nos deberíamos estar enfocando.
Durante años, los compradores de autos eléctricos han sido entrenados a observar una cifra sobre todas las demás al considerar un vehículo nuevo: ¿cuánta distancia puede recorrer con una recarga?
Entre más kilómetros, mejor, dicta la lógica, o de lo contrario, los consumidores sentirán “ansiedad de autonomía”, ese miedo a quedarse tirado a la orilla de la carretera, sin electrones y sin dónde recargar.
Ahora, algunos investigadores que estudian el problema de cómo convertir el parque vehicular mundial de más de 1.4 mil millones de vehículos a energía eléctrica argumentan que la tendencia a vehículos de mayor autonomía con paquetes de batería más grandes es la forma equivocada de pensar si se busca que los autos eléctricos sean accesibles para todos.
En vez de ello, llegó el momento de considerar vender autos con paquetes de batería más pequeños y menor rango, pero con la habilidad de recargarse más rápido, afirman. La lógica es que, para la mayoría de los usos, como manejo en ciudad, un vehículo eléctrico que se puede recargar lo suficientemente rápido sería mejor
Menor autonomía, ¿solución para adoptar eléctricos?
Un vehículo tiene 500 kilómetros de autonomía y puede recargarse totalmente en alrededor de una hora, lo que normalmente toma llenar por completo a muchos de los VE de carga rápida de la actualidad en una estación de recarga.
Otro vehículo tiene una batería de la mitad de ese tamaño, con 250 kilómetros de autonomía, pero que puede cargarse totalmente en 15 minutos.
Aun agregando el tiempo adicional requerido para hacer paradas más frecuentes, el vehículo con la mitad de la autonomía, pero cuatro veces la velocidad de recarga, supera a su “primo” mucho más pesado y caro por unos 20 minutos.
En la práctica, los automovilistas usan sus autos más para traslados diarios más que para viajes largos por carretera, pero hay otras razones por las que podrían querer un vehículo eléctrico de recarga más rápida. Más de una tercera parte de ellos no tiene una cochera para estacionar un vehículo, que es donde la mayoría de los dueños de autos eléctricos normalmente recargan sus vehículos.
Actualmente, EU tiene casi 50 mil estaciones públicas de recarga, pero sólo unas 6 mil 600 estaciones de carga rápida, de las cuales mil 600 pertenecen a Tesla, indicó el Departamento
de Energía de EU. Como comparación, EU tiene unas 145 mil gasolineras. Y en México no se diga la desproporción. De ahí nuestra admiración a los eléctricos de recarga autónoma, como el Nissan Kicks e-POWER.
Suponiendo que, con el tiempo, se instalen suficientes estaciones de recarga rápida, el reducir consistentemente los tiempos de recarga de vehículos a 15 minutos no es realista con la tecnología de baterías actual.
Un número de tecnologías prometedoras podría permitir que las baterías se carguen mucho más rápido de lo que lo hacen hoy. Actualmente, lo que limita la velocidad de carga en la mayoría de las pilas es la química de su ánodo –la terminal con carga negativa.
La mayoría de los ánodos en las baterías de VEs está hecha de grafito, que es cada vez más escaso y caro. Remplazar el grafito con silicio es una forma prometedora de hacer que las baterías se carguen más rápido. Igual que las esponjas, ambos materiales absorben iones de litio cuando la batería se está cargando, pero el silicio puede absorber 10 veces más, lo que también significa que puede absorber esos iones más rápido.
Algunos VEs ya tienen recarga rápida, con un detalle. Si escuchas el rollo de mercadotecnia para algunos de los vehículos eléctricos de recarga más rápida de hoy, como el Porsche Taycan y el Tesla Model Y, podrías pensar que ya hemos alcanzado una tecnología de recarga rápida .
Por ejemplo, el crossover eléctrico Kia EV6 modelo 2023 tiene una autonomía de 500 kilómetros y puede ir de 10% a 80% de carga en sólo 18 minutos, PERO SOLO si está conectado a un “cargador DC rápido”.
El problema con esas cifras es que suponen que hay un cargador DC rápido disponible, y que puede suministrar energía a su capacidad máxima clasificada.
Sin embargo, los cargadores DC rápidos que pueden suministrar toda la energía que puede aceptar un EV6 son poco comunes, con enormes “desiertos de recarga” fuera de las grandes ciudades.
Aun si encuentra uno, por diversas razones, desde la temperatura exterior y el estado de la que los autos eléctricos actuales de recarga más lenta con paquetes de batería más grandes. Estos vehículos de recarga más rápida también serían considerablemente más baratos que los autos eléctricos actuales.
Hoy las baterías son el factor más importante que hace que los VEs estén fuera del alcance del bolsillo de muchos. Hay una escasez de capacidad de manufactura y el costo de las baterías, que tiene décadas de caer rápidamente, al fin se ha nivelado. En el 2022, el costo, de hecho, subió respecto al 2021. Portar más baterías para extender la autonomía no sólo eleva el costo de los autos, sino que añade peso, haciéndolos menos eficientes. Y producir baterías requiere materias primas que continuamente están en desabasto, lo que significa que la capacidad podría verse limitada durante mucho tiempo.