¿Por qué Tesla escogió a México? Porque gracias a su ubicación, comunicaciones y costos operativos solo aquí puede fabricar su más económico Modelo 2 (cuyo precio rondará $450,000 pesos mexicanos)

Países aptos para fabricar autos, abundan. China, el contendiente más obvio, ya no es tan atractiva por TRES razones:

1. sus costos laborales ya son más altos que los mexicanos. y no se diga el enorme costo de envío desde allá hacia el resto del mundo.

2. su agresividad político-económica es difícil de controlar.

3. nuestra ubicación y redes de comunicación (no solo con EE UU) nos convierten en el verdadero ombligo del mundo (como ya lo decían los aztecas) nos dan una ventaja logística envidiable y, tal vez, hasta irrepetible.
   El litio en abundancia nacional claro que también interesa y en voz de personas enteradas, a Tesla no le importa si se lo vende un particular o una empresa pública, mientras se lo den a buen precio. La India por su parte, así como los países del sudeste asiático, todavía no logran reconocimiento en cuanto a calidad uniforme.

Por otro lado, el Modelo 2 resulta un ejemplo perfecto para la búsqueda de ahorros en su manufactura y distribución.
Aunque aun se sabe poco del mismo (la ilustración que vemos es solo una concepción imaginaria si bien aproximada)  excepto que es unos 30 cms más corto y 5 más angosto que el Modelo 3 -del que aprovecha el bastidor- y que sus baterías también son en consecuencia más ligeras y compactas.

Todo con el objetivo de posicionarlo en un rango de precio más accesible (unos $25,000 dlls es la meta) que hasta ahora ha sido el principal obstáculo para la difusión de la marca la que, a pesar de todo, ha tenido en 2022, y particularmente en su último trimestre, sus más elevadas ventas.

Así que, ya es un hecho, Tesla se instala aquí lo que, para los mexicanos, es una doble ventaja en comparación con otras marcas, como las chinas que solo importan (y que en cualquier momento se pueden ir).

Tesla es dinero fresco para el país y confiabilidad para sus usuarios.

Bienvenidos, güercos!