Las recomendaciones tradicionales de mantenimiento automotriz sugieren cambiar las cuatro llantas a la vez cuando llegan al final de su vida útil. Y eso tiene mucho sentido cuando las llantas se han rotado con cuidado y se han desgastado uniformemente durante su vida útil.
Otras veces, el cambio se hace necesario por su edad. Unas llantas normales tienen una duración ideal de unos cinco años, siete a lo sumo, aunque no rueden mucho. El hule puede cuartearse, volverse menos flexible y hasta provocar “voladuras”.
Es posible que por ciertas razones podamos o tengamos que cambiar solo dos: tal vez porque la mala alineación o el inflado inadecuado hayan provocado que dos llantas se desgasten de manera radicalmente diferente a las otras dos, o porque una ponchadura irreparable en una llanta requiera remplazar un par para mantener estable el vehículo.
Y cuando eso sucede, ¿dónde instalas el mejor par? ¿Las llantas nuevas van delante o detrás?
En primer lugar, te podrías preguntar, “¿Por qué tendría yo que cambiar las dos del mismo eje, y no solo la llanta dañada?”
Piénsalo de esta manera: si se rompe un tacón en un par de zapatos gastados, ¿comprarías un solo zapato diferente aunque te tambalees usando dos zapatos con diferentes alturas de tacón? Tu automóvil tiene necesidades similares: así como deseas que cada paso que dé sea estable, tu automóvil debe tener cuatro buenos parches de contacto para manejar, conducir y detenerse en su mejor desempeño. Tener una diferencia en las capacidades de tracción en cada esquina puede conducir a una peligrosa pérdida de control, convirtiendo tu automóvil en un desastre rodante a punto de ocurrir.
Al instalar dos llantas nuevas en lugar de cuatro, primero debes asegurarte de que las llantas nuevas sean del mismo tamaño y tipo de llanta que las que está reemplazando. A continuación, deseas asegurarte de que tu llantera – o simple “talacha”- instale las llantas nuevas en el eje trasero del vehículo. No importa si tu vehículo es de tracción (delantera), impulsión (trasera) o propulsión (total); si solo puedes cambiar dos llantas, SIEMPRE deben ir en el eje trasero.
¿Por qué poner las llantas nuevas en el eje trasero?
Particularmente en carreteras mojadas, las llantas nuevas proporcionan un mejor agarre en mojado que las llantas de medio uso. Cuando se instalan llantas nuevas en la parte trasera, ayuda a reducir la posibilidad de que el vehículo colée y pierda estabilidad en condiciones húmedas o derrapantes, como en arena. Sin embargo, la mayor profundidad de la banda de rodadura en la parte trasera no solo ayuda a mantener el control en condiciones húmedas y resbaladizas, sino que como conductor, puedes “sentir” mejor la retroalimentación de las llantas a través del volante cuando las llantas desgastadas y por ello con menos agarre son las que están al frente.
¿Cómo sabemos esto? No somos magos, ni inventores, nuestros expertos han participado en pruebas controladas en asfalto mojado donde los fabricantes nos han dado la oportunidad de conducir autos lado a lado unos con llantas nuevas adelante y desgastadas atrás, y al revés, con llantas desgastadas adelante y llantas nuevas. en la parte trasera. Algunas ocasiones las pruebas fueron en Alemania y otras en EE UU. En todos, se hizo en pistas o circuitos preparadas para el caso.
Se trataba de conducir los autos más y más rápidamente antes de alcanzar los límites de agarre de las llantas cuando las llantas desgastadas estaban en la parte delantera. Y se podía sentir la retroalimentación a través del volante como una sensación de una especie de mensaje o vibración cuando las llantas desgastadas alcanzaban su límite de adherencia. En circunstancias normales de manejo, un conductor atento debería ser capaz de reaccionar (manteniendo el curso o aplicando contravolante, además de soltarle al acelerador) para evitar una pérdida de control reduciendo la velocidad antes de que las llantas pierdan adherencia al piso; sin embargo, en estas pruebas, se nos animó a conducir más y más duro para que también pudiéramos tener la oportunidad de experimentar de manera segura lo que sucede cuando las llantas superan sus límites, lo que hace que el automóvil sufra un sobreviraje (la cola pierde adherencia antes que el frente) y haga colear al automóvil.
En otros caso, el fenómeno es de subviraje (el frente es el que pierde adherencia y el coche se va de narices aunque le ordenes otra cosa con el volante).
