BERLÍN — Los alemanes se enorgullecen enormemente de su industria automotriz y nunca han estado ansiosos por abandonar sus Audis, BMWs o Mercedes-Benz (entre las de escala superior en calidad porque VW los germanos la compran solo por su bajo precio, no por lealtad) por marcas extranjeras.
Pero con el objetivo de cambiar eso, un fabricante de automóviles
chino que vende la mayor cantidad de autos eléctricos del mundo ha comenzado a ofrecer tres de sus modelos en Alemania.
BYD, fundada en 1995 con el nombre “Build Your Dreams” (o sea, “Construye tus Sueños” en Espáñol), se ha convertido en un gigante en China, el mercado automotriz más grande del mundo. En el 2022 vendió 1.86 millones de automóviles
de batería, incluyendo híbridos enchufables.
Eso superó las ventas de Tesla de 1.3 millones de automóviles, todos
ellos alimentados por baterías.
La mayoría de los automóviles BYD se venden en China.
Pero la empresa, con sede en Shenzhen, busca expandirse a otras partes del mundo, incluyendo Europa y, en particular, Alemania.
Animado por la creciente demanda por los vehículos eléctricos y las dificultades de la cadena de suministro que causan problemas a los
fabricantes de automóviles europeos, BYD presentó el Atto-
3 (foto arriba) , un vehículo utilitario deportivo compacto; el Han, un sedán (foto en medio); y el Tang (foto final), un SUV de tamaño completo, en Alemania a principios de año.
En los próximos meses, la compañía planea lanzar varios modelos
más. Ha habido reportes deque está considerando abrir una planta de ensamblaje en Alemania, que tiene la economía más grande de Europa.
A fines del 2021, BYD comenzó a ofrecer automóviles en Noruega. Un año más tarde, incursionó en Suecia.
En octubre pasado, BYD llegó a un acuerdo de seis años para vender alrededor de 100 mil unidades a Sixt, la empresa de renta de autos más grande de Alemania.
La oportunidad de permitir que conductores de alquiler prueben los vehículos eléctricos puede generar más ventas y es parte de la estrategia de BYD para incursionar en el
mercado alemán.
“Siempre tuve la sensación de que hay muchas dudas sobre las marcas chinas”, dijo Jan Grindemann, director de operaciones de Hedin Mobilitym Group, una empresa sueca que maneja las importaciones de BYD a Alemania. “Pero cuando subes a alguien al auto y ya está sentado en él, se convence de inmediato”.
Aún así, la lealtad a la marca puede abarcar generaciones en Alemania. Las marcas estadounidenses han batallado a lo largo de los años para afianzarse allí.
Alemania también tiene un mercado abarrotado —las
armadoras nacionales producen 90 modelos eléctricos y se
apresuran a expandir y mejorar sus ofertas. Y BYD es en
gran parte desconocido fuera de China.
En México,por cierto, la semana próxima Motor y Volante ya fue invitada a conocer sus productos.
BYD también ingresa al mercado alemán en un momento
difícil. El precio de la electricidad en Alemania es más del doble que en EU; la falta de estaciones de carga, especialmente en las ciudades, también es un obstáculo; y las autoridades han expresado
su preocupación por la estabilidad de la red eléctrica de Alemania, dado el aumento en los vehículos y sistemas de calefacción eléctricos.
La rápida expansión de Tesla de su infraestructura de recarga en toda Alemania le ha ayudado a tener una ventaja competitiva. En los próximos años, BYD está considerando ofrecer paquetes completos a los consumidores, incluyendo paneles solares para generar electricidad y baterías para almacenamiento y carga en
cocheras.
Aytac Cicek, que vende BYDs en Frankfurt, dijo que los clientes
quedaron impresionados con la calidad de los vehículos y con los tiempos de entrega que son la mitad de lo que la
mayoría de los fabricantes alemanes pueden cumplir actualmente.
Melissa Eddy/NYT
M/V opina que, a cambio, en México el público consumidor es mucho más fácil de convencer. Basta con que una marca china les diga que es “inglesa” (como MG), o que entregue rápido (porque los mayores proveedores de chips están en Taiwán, a tiro de piedra de la costa china) aunque tal vez sin aportar garantía de refacciones ni de permanencia al solo importar y no fabricar localmente.