¿Qué son los “e-combustibles” (e-fuel)? Y por qué los motores de combustión interna (MCI) “verdes” le darán fuerte pelea a los eléctricos.

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Gran expectación causó la diferencia de opiniones entre Alemania (y Noruega) con la Unión Europea, acerca del futuro con puros autos eléctricos.

Alemania y Noruega han retirado los alicientes fiscales para comprar eléctricos porque simplemente ya no les alcanza la electricidad para surtirlos si suman más y más.

California también limitó la recarga nocturna de coches en grandes zonas urbanas, por la misma razón.

Y eso que ¡apenas iban empezando!

Y es que, aunque es debatible, el salto a prohibir la venta de autos nuevos (excepto si son eléctricos) promovida por Europa y seguido a regañadientes por EE UU, fue por motivaciones más bien de adorno político puesto que, a la fecha, la generación de la electricidad que usarán los coches contamina igual o más que el propio coche de gasolina. Así es, aunque eso irrite a los ecologistas desinformados.

Además de que (ya en la vida real, no en sueños) habrá grandes problemas para recargar los eléctricos, sobre todo en decenas de países cuya estructura o condiciones no están listas. Si ni en Alemania, imaginen en México.

Por todo ello, como ya informamos antes, forzaron un acuerdo para que la UE diga “sí” a motores MCI (motores de combustión interna) después de 2035, siempre y cuando usen combustibles NO contaminantes. Y que éstos garanticen que no podrán admitir gasolina normal, lo que será otra labor intensiva y costosa.

¿QUÉ SON LOS e-combustibles?

En cinco palabras, combustibles que (mediante un proceso eléctrico y uso de materias primas innocuas) no alteren el equilibrio natural del CO2.
Es decir, el CO2 que se toma “prestado” para generarlo, regresa al ambiente (ya utilizado) en idéntica proporción y condición.

Y el más promisorio es el hidrógeno, pero NO en su estado natural, porque es muy inestable y de difícil y riesgoso almacenaje. Sino en su forma “verde”, que sigue un proceso electroquímico para ser elaborado.

En otras palabras, no son motores “a hidrógeno”, como algunos les llaman. El hidrógeno natural para almacenarse requiere tanques herméticos, que hipercongelen y lo mantengan gaseoso. Imaginen si una “hidrolinera” en Santo Tomás de los Plátanos o en Cacahualtzingo a cargo de Don Juanito o Don Pedrito, podrá mantener esos estrictos estándares.

El hidrógeno “verde”, a cambio, es un portador de energía versátil que se puede aplicar para descarbonizar una amplia gama de sectores. Puede usarse directamente o en forma de sus derivados como e-metanol, e-amoníaco o e-combustibles para remplazar los combustibles fósiles, el carbón o el gas.

Sólo alrededor del 40% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) se originan en la generación de energía que puede descarbonizarse mediante un proceso de electrificación. El otro 60% de las emisiones de CO2 tienen su origen en la industria, la movilidad, la edificación y otros. Estos pueden descarbonizarse mediante el “acoplamiento de sectores” (no nos pregunten qué es eso, somos analistas de coches, no genios en Química), utilizando hidrógeno verde y sus derivados para poner la energía renovable a disposición de esos sectores.

Se están construyendo plantas para la producción comercial de “combustible electrónico” con tecnología de Siemens Energy en Suecia, otra en Chile promovida por Porsche y aunque no nos consta, otras dos en China.

Se basan en una tecnología que incluye cuatro electrolizadores de membrana de intercambio de protones (PEM) con una capacidad combinada de 70 MW. A partir de 2025, la planta sueca podrá generar hasta 50,000 toneladas métricas anualmente a partir de energías renovables y dióxido de carbono biogénico. Esto puede evitar 100,000 toneladas de emisiones de CO2 al remplazar los combustibles fósiles.

Los objetivos de emisiones de carbono en la Unión Europea y otros países industrializados requerirán una aceleración masiva de la producción e importación de hidrógeno renovable: se necesitarán 20 millones de toneladas en Europa para 2030 para acelerar la transición energética.

Lo preocupante es que todo este proceso tiene enormes costos, y los precios sin duda se dispararán. Los que hoy se quejan de un litro de gasolina a 22 o 23 pesos el litro, llorarán al llenar el tanque de su MCI con “de la verde”.

En resumen, si los alemanes convencen a todos los demás (nos preocupan los gringos que ya le metieron mucho dinero a la fabricación de los eléctricos) los autos con MCI seguirán rodando y haciendo un sabroso sonido con los dobles escapes de sus V8s, y todos contentos.

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