El museo Siqueiros en el corazón de lo que se conoce como la milla de oro en Cuernavaca es un museo incomprendido pero fantástico.
Es de arte moderno -muy moderno- y por eso no para todos los gustos.
Pocos saben que aparte de las salas de exposiciónes temporales (de las que se muestran algunas fotos aquí) también hospeda a artistas durante largas temporadas para que desarrollen -sin costo para ellos- sus trabajos, algunos de los cuales han creado cosas extraordinarias como por ejemplo en el jardín un “hotel para insectos” (también en las fotos).
Estas semanas hay tres exposiciones temporales una de las cuales es en remembranza del mural que pintó Siqueiros en 1932 en Los Ángeles que era una denuncia antiimperialista. Naturalmente los patrocinadores que lo invitaron a hacerlo se arrepintieron y a poco lo mandaron blanquear.
Por suerte quien estuvo encargado de blanquear (o sea tapar el mural) lo hizo con una pintura que no lo dañaba e hiciera fácil de rescatar, porque sabía que era un crimen contra el arte.
Repito que no es un museo para cualquiera, pero está impecablemente sostenido y mantenido con una sabrosa cafetería con especialidades del Chef a la entrada.














