Nomás por alebrestar el establo… ¿JETTA o no?

¿CUÁL HA SIDO EL MEJOR JETTA?
¡EL BORA!

En Motor y Volante nos encanta abrir temas acerca de Volkswagen. Porque luego luego se encienden los a favor y los en contra.
Ha de ser como el fútbol, para ellos, que unos aman con toda el alma a su América y otros lo odian hasta la muerte.
(El América es un equipo de futbol, ¿verdad? ¿El «Aclante» también?

No sabemos).

Pero lo que sí sabemos es que este coche, que ha sufrido/gozado de varias generaciones/degeneraciones sirve muy bien como muestra de cómo componer o en este caso, descomponer un coche.

Hablamos del casco A1 (hay quienes le dicen plataforma, pero se la jalan, porque no hay tal ni camina solita. Plataforma solo quiere decir cajón de piezas o conjunto de ideas. NO ES UNA ESTRUCTURA).

Un casco, por contra, quiere decir «caja básica de vehículo», tanto en barcos como en aviones como en coches.

Pero en fin.
Este A1 surgió primero como Caribe y Atlantic. Son en realidad el mismo coche, uno de dos volúmenes y el otro de 3, para ajustarse a las preferencias de cada mercado.

Solo en México, por cierto, llevó esos nombres.
En EEUU el primero era «Rabbit» (conejo) y el otro Jetta.

Luego (no sabemos si denominarlo A2, pero internamente le seguían diciendo A1), hasta que se apareció el Audi A1 y entonces todos se hicieron bolas.

Luego le cambiaron a Golf y Jetta y hubo cuatro generaciones posteriores con meros cambios estéticos, pero bajo la misma funcionalidad.

Al aparecer la quinta generación, a todos se nos cayeron los calzones: VW se había esmerado esta vez y sacó un auto verdaderamente avanzado, con eje trasero independiente y costoso. Y una máquina V5 de 2.5 litros de eficiencia debatible, pero sin duda novedosa y atrevida.
Se la jugó, pues, a hacer un auto realmente mejor.
Pero para cubrirse las espaldas, mantuvo en producción la 4° generación, a la que le dejó el nombre Jetta mientras a la 5a le puso Bora. (En otros países al 4° a veces lo llamaban Vento y a veces también Bora, para acabarla de complicar)

El caso es que era un auto A TODAS LUCES superior a toda su competencia. Y se vendió razonablemente, pero a la fábrica le decepcionó que, siendo mejor y más costoso de fabricar, no podía venderlo mucho más caro por la presión de la competencia, así que decidió matarlo y sacar en vez, una 6a generación cuya ÚNICA META TÉCNICA era abatir los costos hasta en 40%, para ganarle más a cada uno.

Para que no se notara que era un coche descaradamente inferior, lo hicieron un buen más grandecito, y su «público fan» (como los del América, o del «Aclante» suponemos) cayó redondito.
Hasta que se les empezaron a zafar las piezas, como ya todos sabemos, pero ese es otro costal.

El Bora, mientras tanto, incluso mucho más con su versión GLI, era un coche extraordinario.
Pero a VW le ganó la avaricia (siempre le gana, ¿han visto?) y echó las cosas a perder.

Qué pena, ¿no? Un coche que había llegado a ser estupendo e interesante (¿se imaginan si de veras lo hubieran mejorado en la 6a y en la 7a generaciones?) se convirtió en la burla de todo el mundo.

Esta nota la sacamos en 2016, pero sigue vigente pues, evidentemente, la fabrica insiste en desvalorizar este producto y sacó una última versión que no ha pintado ni con sus fans tradicionales.

¿Volverá VW a ser un abanderado interesante?

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