Vamos a atajar dos temas y continuar felices con la vida porque resolvimos las mayores incógnitas del mundo mundial:
Tema 1: ¿La calidad de los productos chinos es baja? NO. China lo mismo te produce un juguete de los años noventa de un solo uso, que te produce un iPhone 14 PRO MAX impoluto, flamante y muy potente.
Tema 2: ¿la Tiggo 8 PRO MAX tiene nombre de celular? Sí. Y bien merecido.
Y es que unos 10 años atrás, antes de que un servidor se uniera al equipo de trabajo de MOTOR Y VOLANTE, uno de nuestros colegas más queridos dijo algo que en lo que pusimos toda nuestra atención: “Hace unos años nadie hubiera creído que la gente se desviviría por tener un japonés. La crisis del petróleo hizo que el consumidor norteamericano volteara a ver autos con menor cilindrada que los tragones nacionales que se vendían en ese momento. El consumidor descubrió cosas que no esperaba, además de la economía de combustible. Encontró calidad duradera, servicio post venta y hasta mejor equipamiento”.
Luego llegó la actual fiebre que se vive por los autos coreanos. Ese colega hoy independiente y sumamente reconocido, Sergio Oliveira, dijo “En los próximos años veremos la siguiente fiebre y será por autos chinos. Guarden estas palabras.”
Nosotros guardamos esas palabras y hemos estado atentos al momento que esto ocurra porque creemos que es verdad que va a suceder y que, de hecho, ya está sucediendo.
Ese es el motivo por el cual estamos tan emocionados de recibir nuestra china Chirey Tiggo 8 Pro Max. Y no podíamos estar más de acuerdo con las palabras de Sergio.
La Tiggo 8 PRO MAX (T8PM de aquí en delante y si el editor no me corrige el texto) es todo lo que uno podría esperar sobre un auto chino que pretende tomar por asalto segmentos en los que los coreanos y los americanos llevan la delantera.
Yo no sé si ya después de tanto años nos hemos acostumbrado a las formas de las SUVs para dejar de considerarlas como vehículos reservados para mujeres y socialmente prohibidos para hombres machos. Así muy femeninas. O será que los diseñadores han encontrado la manera de agregar elementos tipo masculino a sus diseños que la hacen parecer ruda. Elementos que harán que hasta el más hetero de los machos se sienta orgulloso de ser visto en una T8PM. Visualmente es un vehículo en el que no me molestaría que me vieran todos los días. Me parece un crossover (o sea, “cruza”, pues) de lo más bonito exteriormente y sumamente refinado. Su enorme parrilla frontal exterior le imprime una percepción de vehículo rudo duradero y de intenciones muy serias.
Entrar por primera vez al habitáculo es quedar impresionado sí o sí. Lo que secuestra tu inmediata atención en la gloriosa, enorme e imponente pantalla que va desde el conductor hasta el centro del tablero. Una sola pieza de cristal que en realidad son dos pantallas. Una para los indicadores de la conducción y otra táctil para el sistema de info entretenimiento. Debo confesar que sí le piqué a la de los indicadores esperando que también fuera táctil. Pero meter la mano por en medio del volante para obtener alguna respuesta suena a imprudencia en su más alto nivel. Por lo menos el intento se hizo y se agradece que haya sido infructuoso.
La definición de las pantallas es sensacional. Los contrastes y gama de colores son de última generación. No son pantallas OLED, pero se nota que le invirtieron en calidad, diseño de medios y el microprocesador potente y más que suficiente para mover con soltura todas la animaciones y transiciones.
Quizá una de las cosas más matronas y bonitas que nos encontramos fue que, al dar la vuelta, las cámaras de 360 grados se activan y lo que sea que se está proyectando sobre la pantalla en ese momento desaparece para dar paso a una animación 3D de la calle, pero sobre todo a una animación 3D de la camioneta adentro de la calle, donde la podemos ver como si estuviéramos siendo seguidos por un drone. Esa animación es especialmente útil cuando estamos pasando cerca de la banqueta si nos ayuda a identificar objetos que no hay forma de saber que ahí estaban. La verdad, nos quedamos muy impresionados con el efecto que la camioneta proyecta sobre la pantalla cada vez que vamos a dar una vuelta o ponemos las direccionales anunciando que tenemos la intención de dar vuelta en la esquina. Impresionante. A nadie deja indiferente y todos nuestros pasajeros se quedaron sorprendidos por lo bonito que se ve y lo útil que resulta.
Aquí quiero tomarme una pausa para hablar sobre este tema. No es la primera vez que vemos una animación 3D de la camioneta en tiempo real proyectada sobre el entorno que las cámaras registran. BMW ya lo había hecho antes y además ellos usan un sistema que, al usar gestos con la mano, podemos manipular la perspectiva de la camioneta y saber qué es lo que está alrededor. Sin embargo, los chinos lo hicieron relevante. RELEVANTE, así con mayúsculas. Porque hay tecnologías de anécdota y personas que encuentran que estas tecnologías pueden ser útiles, necesarias y sumamente relevantes en el diario. Por qué me parece mejor el sistema de Chirey que el sistema de BMW? Porque los chinos lo hicieron relevante para el usuario. No sólo de anécdota para apantallar pendejos. El sistema actúa transparente en todos los momentos en los que lo vamos a necesitar, sin intervención del usuario.
Una tercera pantalla sobre el tablero nos ayuda a establecer las preferencias del aire acondicionado, así como de los asientos calefactables y con aire polaco (enfriamiento directamente al asiento).
Los asientos te abrazan como ningún otro en esta categoría, con aire acondicionado en los mismos. El volante se siente muy bien en las manos. Tiene el grosor y la textura perfecta para trasmitir la sensación de calidad.
Y hablando de calidad, ese es un tema en donde Chirey se quiere posicionar. Nuestra unidad de pruebas venía con más de 7,000 kilómetros. El kilometraje en autos de prensa es como los años perro. Hay que multiplicar por 7 o por 10 para obtener el equivalente en un auto doméstico. Es decir, nuestra unidad de prensa equivale a un vehículo de 70,000 kilómetros. Y sorprende lo sólida que se siente y la ausencia de ruidos. Muy notorio. Estamos convencidos de que Chirey se volverá una de las marcas favoritas de nuestro país. Sus 10 años de garantía no son poca cosa. Ni KIA se atrevió a dar esa garantía en México por las condiciones de nuestras calles.
La conducción fue asombrosa. Se siente bien plantada en todo momento. A la distancia se veía un tope feo que no era tope, pero que a todos los pasajeros los iba a hacer saltar de sus asientos. Quien avisa no es traidor y yo avisé a mis acompañantes del brinco inminente. Pues no ocurrió. La suspensión es remarcable en el buen trabajo de geometría para mantener a la camioneta plantada en todo momento. A partir de ahí comenzamos a abusar de sus capacidades dinámicas para ver si le encontrábamos defectos y es un placer anunciar que no le encontramos ninguno. Es dinámica, rápida y muy matona. Las aceleraciones son fantásticas y mucho ayuda la tracción integral. Gran trabajo de los chinos para ese segmento.
Pero, además, llena de soluciones inteligentes que gritan que es un producto actual. Soluciones a los problemas del primer mundo. El asiento del copiloto tiene controles extras justo del lado del chofer por si nuestro pasajero no sabe como ajustar un asiento eléctrico. A problemas de primer mundo, soluciones de primer mundo.
Muy satisfechos nos dejó el tiempo que pasamos con la Chirey Tiggo 8 PRO-MAX de 3 filas de asientos. Nos tomó por asalto. Francamente sabíamos que los chinos están haciendo buen trabajo, pero no pensamos que fuera tan bueno. A productos así, solo le deseamos el mejor de los éxitos y esperamos que el cliente los descubra. Y que la competencia se ponga las pilas. Sorry Mazda CX-9, por los $740,000 pesos que vale en este momento la T8PM, ya no eres nuestra favorita. Y aunque costara un 15% más que lo que cuesta, bien valdría la pena. Buena, bonita y barata. No se puede pedir más.